jueves, 10 de diciembre de 2009

Marina Gallardo. La voz que no interpreta.




Existe el peligro de hablar de Marina Gallardo sin hablar de ella. Se empieza citando a Remate como hombre de confianza y principal valedor: él le produjo su primera maqueta y ha velado por el sonido final de su debut. O hablando del omnipresente Paco Loco, que es quien grabó y mezcló en cinco días “Working To Speak” en sus estudios de El Puerto de Santa María, precisamente el mismo lugar donde nació Marina. También se puede dejar caer el nombre de Nathan James, el responsable de la pasterización del disco en los estudios Jigsaw de Nueva York. E incluso es posible que salgan a colación los nombres de Lisa Germano, Kristin Hersh, Lois, Liz Phair, Aroah, Cat Power o Feist, en una asociación de ideas facilona: “mujer y cantautora sui generis y más o menos alternativa que hace rock que parece folk, o folk que parece rock… pues a esto se debe parecer”. Y otra vez, volvemos al principio: hablamos de Marina Gallardo sin hablar de ella. Ése es el gran error. Porque en su primer disco, esta gaditana de 23 años habla absolutamente por sí misma. Con voz propia. Con autoridad. Con una madurez artística insólita en un debutante o una persona de su edad. Paco Loco y Remate pueden haber tocado gran parte de los instrumentos que suenan en el disco (segunda guitarra, bajo, violín eléctrico, sintetizador, shaker, órgano, pedal steel… exceptuando la batería, responsabilidad de Fernando Cañas) pero en todo momento parecen obedecer al plan que Marina tiene en la cabeza. Es un disco en el que la banda parece un instrumento más que usa la artista para expresar su personalidad, su música y su mundo. Colando arañazos de rock arisco (“X Song”, “Waved In The Tree”, “In A Frame Of My Real Temp”…) en un disco que es más que una caricia, “Working To Speak” es un debut que nadie espera pero todos se alegran de que haya llegado.

Texto: Joan Pons.


Espero que no necesitéis más argumentos para asistir mañana a su concierto en la sala Obbio, pero por si aún presentáis dudas: “Bloody Moonshine”.
  

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