sábado, 31 de julio de 2010

Wild Nothing: ‘Gemini’ (Captured Tracks, 2010).



 ( Spotify )

Sería interesante saber si en la vida de la persona que maneja los hilos de Wild Nothing, Jack Tatum, hubo mayor cantidad de golpes de buena suerte o de malas coincidencias. Porque una vez que decidió publicar su debut, “Gemini”, y darle así el empujón definitivo a su proyecto unipersonal (él se encargó de tocar todos los instrumentos que dan forma al disco) se topó con una piedra (más bien montaña) que dificultó su travesía: The Pains Of Being Pure At Heart. No hay nada más desconcertante que usar la expresión “si hubiera…”; pero, ¿qué hubiera sucedido si los neoyorquinos nunca hubiesen asomados sus cabezas? Seguramente, que el bueno de Tatum se llevaría un buen pedazo del pastel del nuevo shoegaze / twee / dream-pop. Sin embargo, la realidad fue más dura y tuvo que presenciar cómo su disco se quedaba olvidado en las estanterías de los “pendientes de escuchar” mientras sus compatriotas se convertían en el estandarte del citado revival. La cuestión es que todo aquel que descubrió “Gemini” lo dejó en buen lugar, pero ese eco no traspasó las fronteras alternativas más irreductibles. Ni siquiera la nota que abre la revisión de Pitchfork (8.2) ayudó en la tarea, pues ni en Gran Bretaña se enteraron del asunto. Al igual que en España, donde, además de unos cuantos melómanos, hay honrosas excepciones como la del blog Hipersónica, en el que su valoración no pasa de un bien. Esa es la dinámica en la que se mueve “Gemini” desde su salida: elogios sin impacto posterior o prácticamente la indiferencia. La mejor manera de resolver ese problema se encuentra en atender a sus canciones: las celestiales “Drifter” y “Confirmation”, la neworderiana “Bored Games”, el recuerdo a The Cure de “The Witching Hour” y la joya de la corona: “Summer Holiday”, fiel estampa de las emociones que arrastra un amor de verano. Por si esto no fuese suficiente, Tatum acaba de lanzar el EP “Evertide”, con otros tres motivos para, de una vez por todas, ensalzar a Wild Nothing.
Jose Antonio Martínez.



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